29 diciembre 2015
25 años de vida en Jesús

El Encuentro navideño de los sacerdotes de nuestra diócesis se ha celebrado una vez más en la Casa de Ejercicios de la Montaña. Don Tomás Pizarro ofreció una conferencia vinculando la vida de San Juan de ávila y la Misericordia, y posteriormente el obispo Francisco Cerro celebró la Eucaristía en el Santuario. Además, entre todos los participantes, dos fueron especialmente protagonistas, debido a la celebración de sus Bodas de Plata Sacerdotales.
Se trata de Emilio Guillén Rubio, ordenado el 25 de mayo de 1991, y Juan Manuel García Acedo, cuya ordenación tuvo lugar el 29 de junio de 1991. «Empecé con muchísima ilusión, mi formación fue en Toledo. Estuve en un seminario para la vocación sacerdotal de adultos, comencé mi labor pastoral tras mi ordenación en los pueblos de la Jara extremeña que pertenecen a la diócesis de Toledo«, explica Veinticinco años de sacerdocio suponen todo un logro para Emilio Guillén Rubio: «Significa un reto, no esperaba llegar tan lejos, es una satisfacción y un orgullo haber llegado hasta aquí. Recuerdo el día de mi ordenación con mucho cariño, la familia, los amigos… Después de 25 años se recuerda también con nostalgia«.
Y es que una larga trayectoria, como la de ambos, da para mucho. «De los 25 años, lo que más recuerdo son los primeros diez años que pasé en las Hurdes, que fueron los mejores«, explica, sonriente, Emilio. Al preguntarles por un recuerdo especial, Juan Manuel cuenta que ha habido muchas anécdotas, la más llamativa fue en la novena de la Virgen de la Luz: «Vi que había un error en el programa y dije ‘hay una errata’ y hubo gran revuelvo, no sabía qué había pasado. Al final de la Eucaristía me contaron que la gente escuchó ‘una rata’, y lo entendí todo«.
La principal misión de la Iglesia es la de transmitir el Evangelio, una tarea a la que se han dedicado con mucho esfuerzo. Una de las principales preocupaciones actuales es la transmisión de la fe a las jóvenes generaciones. «Los jóvenes andan un poco alejados de la Iglesia, les pediría que fueran gente comprometida, en lo que sea, pero comprometidos«, sentencia Guillén Rubio. «Yo a los jóvenes les diría que la felicidad está en seguir al Señor, a veces vemos normas, imposiciones en la religión y es todo lo contrario, es un Dios que nos ama y nos quiere y desea lo mejor para nosotros, en el cielo y aquí en la Tierra. Siguiendo a Jesús se encuentra la felicidad«, García Acedo.
En relación a la actualidad de la Iglesia en nuestra Diócesis hablamos sobre el Sínodo y el Año de la Misericordia. «Yo espero que el sínodo sea un momento importante para que nuestra diócesis se vaya renovando y seamos constructores de la misericordia«, reflexiona Emilio Guillén. «En mi parroquia tenemos once grupos, estamos entre las parroquias con más grupos. No es fácil llevar el evangelio y tenemos que hacerlo entre todos, la respuesta no depende sólo de los sacerdotes«, destaca Juan Manuel.
Les pido un último mensaje, Emilio se dirige a los seminaristas, los futuros sacerdotes, a los que les recuerda que «el sacerdocio es para servir«. Juan Manuel destaca la Misericordia: «Que seamos misericordiosos como el Padre es misericordioso«. Misericordia y servicio, dos cualidades que acompañan a estos sacerdotes que cumplen 25 años, más que de «profesión», de vida en Jesús.
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