31 agosto 2012
Cáritas y medio centenar de personas reclaman un medio ambiente sano

Medio centenar de personas formaron en la tarde del jueves 30 de agosto un gran círculo del silencio en el corazón de Cáceres. Frente a la iglesia de San Juan, numerosas personas respondieron a esta convocatoria de la entidad católica para reclamar el derecho a un medio ambiente sano. En silencio y tras desplegar las pancartas, fueron muchos los que se acercaron para conocer esta iniciativa que se desarrolla en Cáceres los últimos jueves de cada mes, con el objetivo de reivindicar derechos universales.
Este círculo del silencio del mes de agosto ha sido, a pesar del periodo estival, uno de los más multitudinarios, atrayendo la atención de numerosos viandantes. Participaron familias, jóvenes y niños que quisieron sumar su silencio al clamor de Cáritas por el derecho a un medio ambiente sano. Al finalizar unos minutos de silencio, el director de Cáritas Diocesana de Coria-Cáceres, José Manuel López Perera, leyó el siguiente manifiesto, dando así por concluida esta concentración que se repetirá el último jueves del mes de septiembre.
MANIFIESTO DE CáRITAS: El derecho a un medio ambiente sano
Al igual que otros derechos, el derecho a gozar de un ambiente sano surge con la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948; su único propósito era consolidar a la persona como el fin supremo de las naciones.
En los últimos años se habla del daño que el hombre le está haciendo al planeta, y sobre todo, a sí mismo y del que le puede causar en el futuro si no toma conciencia de que dependemos de la naturaleza para sobrevivir. Por eso es necesario integrar el concepto de desarrollo sostenible en nuestras vidas.
Es importante un esfuerzo educativo con el fin de promover un cambio efectivo de mentalidad que nos lleve a adoptar nuevos estilos de vida.
Debemos acompañar este desarrollo con una ética que subraye el derecho de que todo crecimiento debe estar siempre al servicio del ser humano y del bien común como nos recuerda la Doctrina Social de la Iglesia : «la tutela del medio ambiente constituye un desafío para la entera humanidad: se trata del deber, común y universal, de respetar un bien colectivo». Un bien, del cual, el ser humano no es dueño sino «administrador».
Los recursos naturales, también deben garantizar el bienestar de las generaciones futuras. Hoy estamos tomando prestado lo que pertenece a los jóvenes y niños que nacerán y que deberán tener lo necesario para su bienestar.
Es justo reconocer que nuestros usos diarios están cambiando, existe una mayor sensibilidad ecológica, pero aún nos queda mucho camino para llegar a un auténtico desarrollo global.
«Todos los seres humanos tienen el derecho fundamental a un medio ambiente adecuado para su salud y su bienestar».
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