CENTENARIO DE BALMES

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REFLEXIONES Y OPINIONES

El pasado 28 de agosto se cumplió el bicentenario del nacimiento de Jaime Balmes, una de las personalidades más fecundas del siglo XIX español, quien destacó en los terrenos de la apologética, del periodismo y de la reflexión política pero sobre todo en el de la filosofía. «Piadoso sacerdote, hijo amantísimo de la Iglesia y defensor infatigable de sus derechos en la vida social» – en expresión de Grabmann- puso por ello su pensamiento profundo y vigoroso al servicio de la salvaguardia de los principios católicos, tanto en el terreno de la filosofía como en el de las cuestiones políticas y sociales que en el mundo contemporáneo vienen determinadas por la aplicación de ideas religiosas y filosóficas extraviadas.

Datos biográficos

Balmes nació en Vich -Barcelona el 28 agosto de 1810 y murió en la misma ciudad el 9 de julio de 1848 a una edad muy temprana. Esta circunstancia no puede ser olvidada al valorar una obra sorprendentemente prolífica pero que, sin duda, es el resultado de una personalidad no definitivamente madurada debido a su prematura muerte.

De 1817 a 1826 realiza estudios elementales, filosóficos y teológicos en el seminario de su ciudad natal. De allí pasa a la Universidad de Cervera para seguir estudios de Teología y Derecho y, tras obtener la licenciatura en Teología -1833, permanece allí como profesor auxiliar. Ese mismo año participa, sin éxito, en las oposiciones a la Canonjía Magistral de Vich. El 20 septiembre de 1834 recibe el sacramento del Orden en Vich y al año siguiente se doctora en Cervera. Todo su ministerio sacerdotal transcurrirá inseparablemente vinculado al estudio, el periodismo y la enseñanza

Alterna su actividad en España con viajes al extranjero, en parte para preparar la edición de sus obras, que pronto son conocidas y traducidas a la mayor parte de idiomas europeos. En 1848, enfermo, se retira a Vich donde muere poco después.

Producción literaria y filosófica

De entre sus numerosas obras destacamos las siguientes. De tipo apologético: «El protestantismo comparado con el catolicismo en sus relaciones con la civilización europea» -1842-44 y «Cartas a un escéptico en materia de religión» -1846. De filosofía: «El Criterio» -1845, «Filosofía fundamental» -1846 y «Curso de filosofía elemental» -1847. Sus reflexiones sobre los sucesos de su tiempo y sus ideas políticas las encontramos – además de en numerosos artículos publicados en la prensa- en «Consideraciones políticas sobre la situación en España» -contra Espartero, 1840 y «Escritos políticos» -1847.

Un contexto histórico especialmente dramático

Nacido en plena Guerra de la Independencia, los años de estudio y formación de Balmes transcurren en las difíciles circunstancias que rodean al reinado de Fernando VII, mientras se incuba el conflicto que estallará a partir de 1833 en la Primera Guerra Carlista. Testigo privilegiado de la persecución a la que el naciente liberalismo somete a la Iglesia Católica, de la legislación sectaria, de las desamortizaciones, de las matanzas de eclesiásticos… Por solo hablar de lo ocurrido durante el Trienio Liberal, el Balmes adolescente vio en Vich derribar imágenes, cerrar conventos e iglesias, y asesinatos que culminaron en el del obispo, Strauch y Vidal… No alcanzará, en cambio, a conocer la consolidación del nuevo Estado en torno a las fórmulas doctrinarias del moderantismo ni el Concordato de 1851.

Afirma Corts Grau que «Balmes viene a la política desde la Filosofía… No fue Balmes político a pesar de ser filósofo, sino por serlo, por profesar una filosofía de honda raigambre humana que le lleva a escribir un código del buen sentido, «El Criterio», una filosofía de la historia «El protestantismo comparado con el Catolicismo…», y estas otras consideraciones periodísticas, donde sobre principios clásicos inconmovibles surge el comentario y el consejo de cada día»Antología, Madrid, 1942, 8-9 Por eso, cuando interviene en defensa de la recta filosofía ha tenido sobrada ocasión de conocer los estragos causados por los errores que empiezan a difundirse a la sombra del idealismo, de las respuestas que no dando cuenta completa de la interpretación de la realidad, acaban por hacerla inhabitable. Y eso que, siendo crítico del liberalismo apenas pudo serlo del socialismo porque su muerte coincide con el año en que Carlos Marx publica «El manifiesto comunista».

Testigo de cómo las revoluciones han descompuesto la vida española de la primera mitad del siglo XIX, se lanza a predicar la unión dinástica y de los partidos para «conservar, en lo posible, lo antiguo, sin desdeñar demasiado lo bueno«. Simple, y quizá por eso fracasada de antemano, fórmula para terminar aquel conflicto que en la España contemporánea ha desembocado varias veces en guerra fratricida. No obstante, firme en los principios y en la defensa de la triple unidad española -católica, monárquica y territorial no es Balmes precursor ni representante de una política de «consenso» a cualquier precio.

«De este error moderno, consistente en eso que algunos simples llaman contemporización, sólo pueden librarnos – ha dicho Landsberg- aquellas palabras que por algo conservará con santa insistencia la liturgia: «sicut erat in principio, et nunc , et semper». Hay que traer lo eterno a lo temporal y concertar con la paz eterna la paz humana. Más claro: hay que reconocer en el hombre y en la sociedad la presencia de Dios» -José Corts Grau, ob.cit., 16-17.

ángel David Martín Rubio
Delegado Diocesano de Fe-Cultura y Párroco de Cañaveral

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