14 noviembre 2016
Clausura del Año de la Misericordia en la Diócesis

El obispo de Coria-Cáceres, D. Francisco Cerro, clausuró el pasado domingo el Año jubilar de la Misericordia en la Diócesis con el cierre de la Puerta Santa en el Santuario de la Divina Misericordia de Cáceres.
Centenares de fieles acudieron a la Eucaristía de clausura en la Diócesis de Coria-Cáceres de este Año Santo, que concluye definitivamente este domingo con el cierre de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en el Vaticano por parte del Papa Francisco.
En su homilía, D. Francisco Cerro, quien ha estado acompañado de más de veinte sacerdotes en la celebración, ha querido poner de relieve qué significa creer en la misericordia, tras este año, que ha dado «frutos inmensos» y con el que «el Papa Francisco ha querido poner a la Iglesia bajo la misericordia de Dios».
Para el obispo, misericordia es dar el corazón al miserable, comprender que mi vida desde Dios siempre tiene solución y que todo lo que ocurre en ella es para mi bien.
Asimismo, D. Francisco Cerro ha señalado tres claves sobre creer en la misericordia de Dios y en sus frutos.
Así, según ha dicho, es el que se sabe necesitado del amor de Dios, de su perdón, quien cree en ella y ha recordado las palabras que dijo a más de 200 jóvenes en el encuentro de confirmación del sábado 12, «la Iglesia pide mucho porque es pobre y necesitada, los ricos nunca piden».
Además, ha asegurado que cree en ella quien sabe agradecer, pues quien no es agradecido y «se instala en la queja constante y tiene en el sótano de su corazón un refugio de amargura continuo, no cree en la misericordia».
«Es importante agradecer a Dios la misericordia de su amor, lo que tenemos, las maravillas que hace con nosotros», ha continuado el obispo, para quien uno se puede quejar por los problemas o las dificultades, pero también dar gracias a Dios porque lo le regala.
Como tercera clave, ha recalcado que hay que instalarse constantemente en la misericordia, pues finaliza este año, pero «no termina el contenido».
En ese sentido, ha afirmado que esta idea está presente en el actual Sínodo diocesano de Coria-Cáceres, que desarrolla actualmente su cuarto tema y del que espera que sea un verdadero encuentro de renovación con esta espiritualidad de la misericordia.
Así, ha mostrado su deseo de que el Sínodo sea «un gesto de consagración al Corazón misericordioso de Jesús», algo que, ha recordado, hicieron muchos obispos antes que él en la Diócesis y que mencionó en su primera homilía como prelado diocesano.
«No es que descafeinemos el Evangelio, que Dios pase de ser padre a abuelo, que vale todo, es que empezamos a mirar con los ojos de Dios», ha recordado D. Francisco sobre qué es la misericordia de Dios.
Por otra parte, D. Francisco ha mostrado su interés en prolongar el nombramiento como misionero de la misericordia a nivel diocesano del sacerdote Jesús Luis Viñas.
Unos 70 grupos de la ciudad y de toda la Diócesis han pasado por la Puerta Santa de este Santuario durante este año jubilar, en busca de «consuelo, misericordia y paz», como ha explicado durante la clausura D. Diego Zambrano, rector del Santuario de la Divina Misericordia, para quien este número de fieles es superado por el «reguero» de personas que han acudido de forma individual.
«Muchos eventos han tenido lugar en el santuario, pero lo más importante es lo que ha ocurrido en la intimidad de cada uno, solo Dios conoce cuántas personas han vuelto a reconciliarse con él», ha afirmado en su intervención.
Así, ha recordado a un peregrino que, después de muchos años de alejamiento, acudió a reconciliarse y que sintió escuchar en el interior de su corazón, por primera vez, las palabras «con amor eterno te amo, no importan tus pecados, vete en paz».
Además, agradeció al obispo que el Santuario fuera asignado templo jubilar en la Diócesis, junto a la Catedral de Coria, y a los apóstoles de la Divina Misericordia, a las Misioneras de Cristo Sacerdote, al coro parroquial y a tantos que han ayudado por su trabajo.
Como memorial de este Año Santo se pretende hacer una nueva casa de acogida para las personas sin hogar, que Cáritas gestionará, que será un fruto de la misericordia y en la que aún se puede colaborar.
Así, se han llevado a cabo distintas iniciativas para este fin, como la colecta realizada en la procesión extraordinaria de la Virgen de la Misericordia, el concierto de Gen Rosso y el donativo entregado por los jóvenes de Confirmación, entre otros.
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