3 marzo 2014
Comprender acoger y acompañar el dolor que provoca el aborto

La Escuela Diocesana de Familia y Vida organiza la Conferencia-Coloquio «Comprender, acoger y acompañar el dolor que provoca el aborto«, a cargo de D.ª Begoña Ruiz Pereda, el lunes 3 de marzo, a las 20.00h en el Aula de Cultura de Clavellinas.
Ahora que se está debatiendo con tanta polémica la nueva ley sobre el aborto, vuelve a resultar asombroso que se olvide en tantas discusiones un punto fundamental: el dolor de la mujer que ha abortado. Como siempre los argumentos giran en torno a supuestos derechos contrapuestos: ¿cuál vale más: el derecho a la vida o el supuesto derecho de la madre a decidir? Es falso, es mentira que sea una cuestión de derechos en colisión. El bien de la madre es el bien del hijo y viceversa: la vida del hijo es vital para que la madre viva.
¿Dónde están las mujeres que han abortado y hecho un proceso de sanación de su dolor? ¿Por qué no escuchamos su voz? ¿Por qué no permitimos que nos cuenten su experiencia? ¿Por qué no ocupan el primer lugar en todo este debate? Las mujeres que han mirado cara a cara la realidad del aborto tienen la clave que la opinión pública necesita para conocer y conectar con el drama oculto que vive nuestra sociedad, cada vez más insensible, huyendo siempre hacia delante, sin querer detenerse y mirar de frente las consecuencias de esas presuntas libertades que algunos pregonan haber conquistado y no están dispuestos a renunciar.
La conferencia del día 3 refleja en el título su propósito: Comprender, acoger y acompañar el dolor que provoca el aborto. Quizá alguna persona de nuestro entorno está necesitando expresar este dolor y nosotros, personas bien intencionadas pero poco avisadas, no sabemos interpretar las señales que nos dan. Y, si por fin nos lo manifiestan abiertamente, no tenemos herramientas para escuchar, acoger, acompañar e igual damos como respuesta una frasecita simple con pretensión de ayudar, que en realidad no sirve más que para eludir la cuestión y dejar a la persona más hundida en su soledad y sufrimiento.
Más de un millón y medio de abortos en España desde que se despenalizó hace casi 30 años. Las últimas encuestas arrojan datos siempre al alza, 118.000, en el último registro. En el ranking del dolor se afirma que no hay nada mayor que la muerte de un hijo, los hombres y mujeres que viven esta realidad se convierten en padres y madres de hijos muertos. No es posible, no es verdad que se pueda abortar y no haya consecuencias psicológicas. Unas veces es un embarazo inmediato, otras otro aborto y otro y quizá más aún. En otras, el suceso se entierra en la conciencia y se convierte en ideologización que lleva a desnudarse el torso y reclamar con ira un supuesto derecho sagrado. Otras veces, el aborto oculto de la madre provoca el de la hija: «porque si yo no pude tenerlo, tú tampoco». Todo esto es muy duro, pero lo cierto es que cuando no se cura, el aborto siempre se cobra un peaje y, al igual que en las autopistas, ten por seguro que no va a ser barato.
Por eso es necesario comprender, acoger y acompañar. Es necesario estar informados y saber que es una herida profunda que se puede curar.
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