Entre “influencers” y testigos

El Dicasterio para la Comunicación del Vaticano publicó el documento ‘Hacia una plena presencia’ que reflexiona sobre el papel de las redes sociales en el mundo actual.

El texto tiene una extensión de más de 20 páginas y ofrece diversos criterios sobre el tema, aunque no busca ser “una guía precisa para el ministerio pastoral en esta área”.

Según el documento, la Iglesia debe tener una presencia activa y eficaz en las redes sociales para llevar a cabo su ministerio. Porque la cuestión ya no es si interactuar o no con la cultura digital, sino ‘cómo’ hacerlo.  Esto implica utilizar las herramientas digitales para difundir el mensaje del Evangelio, fomentar la comunión entre los fieles y llegar a aquellos que están alejados de la Iglesia. La Iglesia también debe ser un modelo de comportamiento responsable, promoviendo valores como el respeto, la tolerancia y la solidaridad.

El documento sugiere que la presencia en las redes sociales puede ser una oportunidad. Sin embargo, también señala que es importante ser conscientes de los riesgos y tentaciones asociados con el uso excesivo o inadecuado de las redes sociales, como la superficialidad, la falta de autenticidad y el aislamiento social.

Por lo tanto, es importante utilizar las redes sociales con prudencia y discernimiento para evitar estos riesgos, estableciendo límites saludables y priorizando nuestras obligaciones y relaciones fuera del mundo digital, para cultivar relaciones significativas y auténticas tanto en las autopistas digitales como en las calles de nuestros pueblos y ciudades.

En resumen, el papel de la Iglesia en las redes sociales es ser una presencia auténtica y significativa que refleje los valores del Evangelio, siendo un buen samaritano que acoja y dialogue con ternura y misericordia y contribuya al bien común también en el mundo digital. Que hoy por hoy, es tan real como el que pisamos con nuestros zapatos.

Lorena Jorna

Delegada de medios de Comunicación. Editorial