II Cenáculo: Experiencia de jóvenes con la Vida Contemplativa

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Cuando una de mis amistades me invitó a asistir a un Cenáculo, tengo que reconocer que al principio lo hice por simple curiosidad, pues desconocía cuál era el auténtico objetivo de este tipo de actividad. Fue en diciembre, impactándome la extraordinaria austeridad y sencillez en la que las monjas se desenvolvían, me invadió una agradable sensación de paz y tranquilidad, sentimiento este muy alejado de la vida fuera del convento.

El Cenáculo comienza con la celebración de la Eucaristía, para posteriormente pasar al locutorio donde se hace un pequeño receso, que da paso a un periodo más que interesante de conversación con las religiosas, las cuales nos cuentan su día a día, desde cuándo llevan dedicadas al servicio de Dios, cómo y cuándo sintieron la llamada divina para dedicarse a una vida llena de sacrificios y de renuncia a los convencionalismos sociales; a la vez que nos dan respuesta a las preguntas y desconocimientos que generalmente tenemos sobre la vida conventual.
Desde luego, sin ninguna duda recomiendo a todas las personas, que si se tiene la oportunidad se participe de esta experiencia, de seguro ayudará a comprender mejor la opción que un número de mujeres un día decidió tomar, presentándose ante nuestros ojos como personas responsables y dignas del mayor respeto.
El primer Cenáculo fue con Obra de Amor y fue impresionante y el Segundo Cenáculo fue con las hermanas Clarisas de San Pablo que también fue una experiencia única.

Marta González Pulido
20 años

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