11 junio 2016
Inmaculada Galván: Estamos en tiempos de dar testimonio. No podemos ser tibios porque otros dan la vida

Inmaculada Galván Olalla, periodista y presentadora de televisión, ha participado a una hora muy difícil -las 16 horas en el VIII Congreso Teológico Pastoral y ha salido victoriosa.
Su ponencia sobre la mujer en la transmisión de la fe y en el compromiso social, ha partido de su propia experiencia de la mujer, como hija, madre, esposa y trabajadora.
MUJER EN LA IGLESIA
Ha partido de una premisa, para ella no es un tema central como mujer el acceso al sacerdocio. «En el siglo XXI no podemos ser sacerdotes, pero lo que podemos hacer es trabajar por nuestra Iglesia de otras muchas formas. ¿Para qué queremos ser sacerdotes? ¿Por una cuestión de poder?», preguntó.
Ante la pregunta de qué hace entonces hoy una mujer en la Iglesia, Galván ofrece una respuesta clara: trabajar con los dones que tenemos. Galván reclama la presencia fuerte de los laicos en el mundo: «A pesar de otros asuntos delicados, los tiempos no están para ser tibios y endebles, con los que rechazan a Dios y a Cristo, o con los que le ignoran, que no sé que es peor», sentencia Inmaculada.
«Me siento integrada en la Iglesia. Yo no estoy de acuerdo con el genio femenino, hay personas dulces, comprensivas y capaces de cuidar a enfermos y ancianos…. y mujeres que no lo son» aclara.
La mujer es la primera y la más importante transmisora de la fe, «por el simple hecho de poder ser madre, el bebé durante el embarazo te oye, te contesta, te intuye, te siente, no es algo baladí» continúa, explicando que ella considera, que una madre es la única capaz de tener un amor incondicional. «Es el único amor que se parece al de Dios, nos ha dado ese don. No quiero decir que los hombres no sean capaces de sentirlo. Dios lo hizo así, preguntó Dios a una mujer si quería ser madre del Hijo de Dios. Dios es amor incondicional, ni padre ni madre, la visión masculina de la iglesia se me diluye«.
HIJA, MADRE
Inmaculada Galván se ha referido a sus orígenes, ya que antes de transmitir la fe, previamente la recibió de su familia, de sus padres, que cada uno les aportó algo especial. «Yo no me siento discriminada por ser mujer, por el hecho de serlo, ni en mi familia con mis hermanos varones ni en mi trabajo».
La periodista ha contado que la fe no se explica, se siente, es un don. «Los padres podemos transmitir la fe, darles conocimientos, pero la fe es personal. Lo importante no es estar detrás de ellos constantemente, si no sobre todo dar ejemplo. Si ven que realmente estamos haciendo lo que decimos, ellos lo van a tener dentro. Y Dios , algún día, va a echarles el anzuelo».
JóVENES
Hay que abrirse mucho a los jóvenes, indicó Inmaculada Galván. «Proporcionar un ambiente adecuado para que no se vayan de las parroquias, que hagan grupo. Es necesario buscarles caminos para que no se sientan bichos raros. Para ellos ir a misa es cosa de gente mayor, ellos deben sentir que los jóvenes están ahí y las parroquias están vivas«. Ella buscó para sus dos hijas adolescentes una parroquia en Alcalá de Henares.
«Los sacerdotes están con ellos en la reunión y luego salen a tomar algo. Comparten y viven con ellos».
TRABAJO
En el trabajo, Galván ha destacado que como mujer tiene dos formas de hacer pastoral o difundir la fe, una hacia los compañeros y la otra hacia la sociedad.
«La televisión es un sitio difícil, hay mucha variedad, frivolidad y mucha presión política y económica, un sitio especialmente difícil». Para ella lo primero es dar ejemplo con alegría, «que piensen qué tiene ella que no tiene el resto. Yo siempre llevo la cruz y no tengo problemas en hablar de ello».
Galván Olalla ha destacado la anécdota de un juez de la corte suprema de Estados Unidos, «era católico de raíz italiana, los cristianos sinceros estamos llamado a ser los tontos en la sociedad de hoy en día. Hablar del sufrimiento, del esfuerzo, de la vida…. te miran raro».
También hay que ser transmisora a grandes multitudes, a la sociedad. «Dios coloca a cada uno donde puede cumplir con su función, yo no pensaba estar en la tele, tenía pensado estar en una agencia de noticias y de repente… En algún momento me han sugerido que me quite la cruz, tienes que ser laico para ser normal. Yo he vivido una paradoja, la pantalla de la televisión te hace ser vanidoso, te ven, te oyen, das tu opinión sobre las cosas, y he visto hundirse a personas cuando son apartadas de la televisión. Si no apuestas por la humildad es un tanto duro.»
La presentadora de televisión reclama que en los medios de comunicación hay que tener a personas católicas, también en los puestos de responsabilidad. «No sólo en los medios, en cualquier campo. Yo estuve trabajando en 13TV, se trabaja de forma diferente a otros medios, porque nadie te cuestiona ni pide ofrecer noticias en contra de tu conciencia. Hay que llegar a otra gente potencial, pero la disyuntiva es, se queda una ahí o se va a otras televisiones para hacer frente a todo».
CONCLUSIóN
Además, nos deja fácil el trabajo, porque nos resume su ponencia en una sola frase: «Como periodista, si yo tuviera que poner un titular a lo que os estoy contando os diría que: estamos en tiempos de dar testimonio. Y hay que darlo, no podemos ser tibios, hay que dar la cara. Y eso es fácil. Porque otros dan la vida».
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