2 abril 2012
Jubileo de la Catedral de Coria: Beatro Marcelo Spínola referente de nuestra diócesis

El día 21 de Enero del 2012, el Sr. Obispo de la Diócesis de Coria-Cáceres, inauguraba el Año Jubilar de la Catedral de Coria, quedando abierto hasta el 8 de Diciembre del mismo año. Dentro de los varios motivos por los que se ha abierto este año de gozo en nuestra Diócesis es por ser el veinticinco aniversario de la beatificación de Marcelo Spínola, Obispo de esta parcela de la Iglesia durante los años 1884-1886, un tiempo muy corto, pero muy preocupado por sus diocesanos, ofreciendo incluso el palacio episcopal para albergar enfermos.
El veintinueve de Marzo del 2012, se cumplen los veinticincos años de que fue proclamado beato en Roma, por su santidad el Papa Juan Pablo II, en 1987, habiendo orado en su visita a Sevilla, en 1982, ante su sepulcro. El aniversario de esta efemérides se cumple dentro del Jubileo de la Catedral de Coria.
En la Biografía de D. Marcelo Spínola, destacamos algunos hitos: El 29 de junio de 1856, obtiene la Licenciatura en Derecho por la Universidad de Sevilla, estableciendo un bufete en la ciudad de Huelva, que presta servicio gratuito a los pobres. Es ordenado sacerdote el 21 de mayo de 1864, en Sevilla y celebra su primera misa en la iglesia de san Felipe Neri de la misma ciudad, el 3 de junio, festividad del Corazón de Jesús. Nombrado obispo, por el papa León XIII para la diócesis de Coria -Cáceres, en el Consistorio de 10 de noviembre de 1884, ocupa esta diócesis del 7 de marzo de 1885 al 5 de agosto de 1886. Durante su estancia en nuestra Diócesis fundó en Coria -Cáceres en 1885 la Congregación de las Esclavas del Divino Corazón junto con Celia Méndez y Delgado -antes de profesar, Marquesa de la Puebla de Obando-. En el consistorio de 11 de diciembre de 1905 fue nombrado cardenal por Pío X. El 31 de diciembre de 1905, su Majestad el rey de España, Alfonso XIII, le impuso la birreta cardenalicia y tan solo veinte días después falleció en Sevilla.
D. Francisco, nuestro Obispo, durante este tiempo del Jubileo, tiene unas palabras, que salen muy a menudo de sus labios: testigos, intercesores, referentes. Fijándonos en la vida de nuestro beato, viene muy señalada por ciertos acontecimientos, que marcaron su vida y que nos sirven a nosotros de referencia en la nuestra.
En la celebración de la Eucaristía, el 29 de Marzo con motivo de los veinticinco de su beatificación, el Sr. Obispo, terminaba la misma regalando a las religiosas Esclavas del Divino Corazón, un recuerdo del Jubileo, del que nuestro beato, es también motivo de alegría para los diocesanos; en la homilía, empezaba diciendo, que celebrábamos al Beato Spínola, teniendo como fondo a la Virgen de los Dolores, cuya novena estábamos celebrando, y así, por María, llegamos al Corazón de Cristo. Tuvo un recuerdo para la Catedral donde nos encontrábamos y donde tantas veces predicó el Beato Spínola. Nos expuso tres preguntas, reflejados en su vida y que nos muestran cómo eran los sentimientos de D. Marcelo:
- ¿Cuál era el Cristo del Beato Spínola»: La respuesta, fue el Corazón de Jesús, donde identificamos el amor; de ese amor al Corazón de Jesús, hace que la hoy Casa de la Iglesia de Coria, fuera cuna de la Fundación de la Congregación de Esclavas del Divino Corazón.
- ¿Cuál era la Iglesia que predica el Beato Spínola»: Nuestro Obispo, nos responde, que siendo hombre adelantado al Vaticano II, es el Pastor sencillo, Pastor abierto y Pastor amante de los pobres: recorrió todas las Hurdes para estar más al lado de la gente sencilla. En Sevilla le reconocían por el Cardenal mendigo; llega a mendigar…
- ¿Cuál fue la preocupación del Beato Spínola»: Su preocupación, fue la educación de los jóvenes; para ello funda la Congregación, que comenzó con 19 niñas de las familias más necesitadas de Coria, con el deseo de convertir aquel lugar en una escuela de vida y de fe, de formación y de oración.
En nuestra sociedad hoy, en crisis de valores, conviene que tomemos por modelos a estos grandes personajes; las referencias, nos vienen por otro camino, y a la hora de la verdad, no nos satisfacen tanto. Donde haya un verdadero amor, una preocupación por los problemas de las personas y unos buenos principios, hará que la sociedad siga hacia delante.
Román Fernández Martín.
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