La Cruz de la JMJ no se olvida de Las Hurdes

En una canción de la «Misa Hurdana» se canta: Dicen los libros de historia: «las Hurdes tierra de nadie», pero nosotros sabemos que eso es mentira muy grande porque las Hurdes de siempre tuvieron y tienen Amo que es el Señor de los cielos y el sudor de los hurdanos. Verdaderamente el Señor no se olvida y se preocupa de sus hijos de Hurdes.

El pasado 19 de abril tuvimos la gracia de poder recibir en esta hermosa comarca la cruz que el Beato Juan Pablo II dio a los jóvenes para llevarla por el mundo entero como testimonio del amor de Dios. Con mucha alegría, y con algún chaparón que otro, llegó la cruz a las nueve de la mañana al Cottolengo. Tanto trabajadores como hermanas introdujeron la cruz en el Cottolengo, llevándola por todas las habitaciones y dependencias de la casa. A continuación se celebró la Eucaristía en la que la participación fue muy numerosa y entre ellos estaban los verdaderos protagonistas: los jóvenes. Terminada la Eucaristía se adoró la cruz y seguidamente se llevó hacia Nuñomoral.

Sobre las 12.00 h hizo su entrada en Nuñomoral. Miembros de este pueblo y de alquerías vecinas la esperaban con entusiasmo. Aunque la llegada estuvo acompañada de lluvia, la gente no perdió la alegría y las campanas y tamborileros de este pueblo no dejaron de acompañar tal acontecimiento. Seguidamente se hizo el Via Crucis por la Iglesia para terminar con la adoración de la cruz y una comida compartida en los salones parroquiales. Por la tarde la Cruz y el Icono estuvieron presentes en el Centro de Mensajeros de la Paz y volvió a la Iglesia para terminar los actos con la Eucaristía presidida por el arcipreste de la zona.

Todos los hurdanos damos gracias a Dios por este regalo tan hermoso y nos preparamos ya para la acogida en las Hurdes de unos cuarenta jóvenes para la JMJ 2011 en Madrid.

Raúl Hernández Pérez. Párroco de Nuñomoral