5 abril 2022
#HazMemoria #HMEducación La educación, el mejor servicio al bien de todos

Campaña #HazMemoria #HMEducación
La educación es el mejor servicio que se puede prestar a la sociedad y, de hecho, es la base del progreso humano, tanto personal como comunitario. El mundo avanza cada paso sobre el conocimiento que ha sido recogido y compartido por las generaciones anteriores hasta nuestros días y ahora somos nosotros los que contribuimos a ese progreso con la educación.
Consciente de su importancia, la Iglesia se implica desde hace siglos creando instituciones educativas en todos los niveles, desde la tierna infancia hasta la enseñanza universitaria o profesional y la formación de adultos. Numerosas congregaciones y organizaciones de la Iglesia tienen en su carisma la educación en cualquiera de sus formas. Un sinfín de otras organizaciones se involucran en la construcción de una sociedad más justa y más fraterna a través de la educación.
Para la Iglesia, la educación no es simplemente la transmisión de conocimientos. Las congregaciones religiosas y todos los cauces educativos creados en la Iglesia hacen visible que enseñar en la Iglesia tiene mucho que ver con formar a cada persona desde el corazón, desarrollando sus capacidades, su inteligencia y voluntad, promoviendo personas libres, capaces de buscar el bien y de elegirlo para su vida.
Miles de colegios en España se inspiran en este modelo y procuran implicar a los alumnos, a las familias y a las otras instituciones sociales, culturales y religiosas en esta educación que resulta esencial. Los colegios inspirados por el humanismo cristiano proponen un modo concreto de ser persona que es el de Jesús, el hijo de Dios hecho hombre. En él se encuentran los rasgos que esos centros proponen a los alumnos y que son los propios de la identidad cristiana: la amistad social, la cercanía con los que sufren, la opción por los pobres, el respeto a la dignidad humana, el servicio al bien común, el cuidado del entorno y tantos otros valores y virtudes que deben ser señas de identidad de los cristianos.
Aunque los resultados de la educación se ven en el futuro los esfuerzos para conseguir esos frutos se realizan en el presente. En ello trabajan decenas de miles de profesores que conocen los fines del proyecto educativo y empeñan dedicación y esfuerzo conscientes de que los alumnos bien educados hoy harán posible una sociedad más humana mañana.
Profesores de religión
En la vida no siempre lo eficaz es exitoso y viceversa. Tengan paciencia, mejor, esperanza. No olviden que la clave de toda obra buena está en la perseverancia y en ser conscientes del valor del trabajo bien hecho, independientemente de sus r
esultados inmediatos.
Por lo tanto, en el nuevo pacto educativo, la función de los docentes, como agentes de la educación, debe reconocerse y respaldarse con todos los medios posibles
La educación básica hoy es un ideal normativo en el mundo entero. Los datos empíricos que ustedes, señores académicos, comparten, indican que se ha progresado en la participación de los niños y niñas en la educación. La matriculación de los jóvenes en la educación primaria es hoy casi universal.
Cada generación debería reconsiderar cómo transmitir sus saberes y sus valores a la siguiente, ya que es a través de la educación que el ser humano alcanza su máximo potencial y se convierte en un ser consciente, libre y responsable. Pensar en la educación es pensar en las generaciones futuras y en el futuro de la humanidad; por lo tanto, es algo que está profundamente arraigado en la esperanza y requiere generosidad y valentía.
Al fomentar el aprendizaje de la cabeza, del corazón y de las manos, la educación intelectual y socioemocional, la transmisión de los valores y las virtudes individuales y sociales, la enseñanza de una ciudadanía comprometida y solidaria con la justicia, y al impartir las habilidades y el conocimiento que forman a los jóvenes para el mundo del trabajo y la sociedad, las familias, las escuelas y las instituciones se convierten en vehículos esenciales para el empoderamiento de la próxima generación. Entonces sí, no se habla ya de un pacto educativo roto. El pacto es este.

Javier Tovar, profesor de religión en el IES de Gabriel y Galán de Montehermoso
“Necesitamos referentes dignos donde mirarnos y no tengo dudas de que Jesús de Nazaret lo es”
Javier Tovar se enorgullece de pertenecer a los más de 35.000 profesores de religión católica y de haberse preparado para impartir esta asignatura.
En el sistema educativo español es una asignatura de oferta obligatoria en los centros educativos pero de libre elección para los alumnos. Más de 3 millones de alumnos siguen eligiendo cada curso la asignatura de religión.
-¿Javier, por qué decidiste ser profesor de religión?
Pues la mía es una vocación tardía. Trabajé casi 30 años en una empresa de estructuras y forjados como delineante. Estudié Ciencias Religiosas en Plasencia y Cáceres, simplemente por formación, por curiosidad, porque quería conocer más sobre mi religión y, cuando terminé mis estudios, tuve la oportunidad de empezar a dar clases y me gustó mucho.
-¿Cómo crees que esta asignatura les influye a los niños y jóvenes que la eligen?
Resulta difícil contestar a la pregunta. Partimos de una realidad y es que nuestro trabajo no tiene un reconocimiento público. Pero tenemos una responsabilidad con las familias y nuestros alumnos. Tenemos que saber escuchar, respetar, potenciar la libertad de elegir… Invitar a los alumnos a tomar conciencia y reflexionar sobre el sentido que quieren dar a su vida. En una sociedad tan secularizada como la actual, es bueno que nuestros niños y jóvenes conozcan la importancia de los valores cristianos en nuestras raíces. Hay mucha ignorancia religiosa. No tienen noticia de Jesucristo, de un Dios que se hace persona. Necesitamos referentes dignos donde mirarnos y no tengo dudas de que Jesús de Nazaret lo es.
– ¿Utilizas algún método innovador en tus clases?
Por suerte, estoy en un instituto donde todas las aulas están equipadas con pizarras digitales. Todos los alumnos disponen de un ordenador portátil cedido por el centro, con licencias de libros digitales o recursos propios creados por nosotros. Este año en uno de los cursos de 4º de la ESO se ha puesto en marcha un proyecto piloto para poder usar el teléfono móvil con plataformas educativas o buscar la información. Por último, y esto es una novedad, estamos a punto de estrenar el “aula del futuro”, un espacio donde la tecnología se usará como una herramienta para facilitar el uso de metodologías activas, favorecer aprendizajes competenciales… con el fin de mejorar el trabajo cooperativo y desarrollar la iniciativa del alumnado. Estamos muy ilusionados con este último tema.
– ¿Te sigue ilusionando enseñar a tus alumnos?
Por suerte, sigo manteniendo la ilusión de aquel viernes del mes de septiembre de 2013: mi primer día de clase. Me gusta mucho trabajar con los alumnos: darles a conocer el mensaje que Jesucristo, su vida, sus valores… Y, sobre todo, la esperanza de que un mundo más justo solidario y humano es posible. Me considero muy afortunado la verdad.
Lucía Sánchez Galán y Rubén Redondo alumnos de 1º de ESO del Colegio Diocesano de Cáceres, subrayan el compromiso del colegio por formarles en valores
“El Colegio Diocesano me ayuda a ser buena persona y a tener valores»
Compromiso, entrega, generosidad, compañerismo, amistad, alegría son algunos de los valores que destacan Lucía Sánchez y Rubén Redondo, alumnos de 13 años, que cursan 1º de la ESO en el Colegio Diocesano José Luis Cotallo de Cáceres.
Ellos son un ejemplo entre los más de 110.000 alumnos que van a clase en los más de 300 colegios diocesanos que mantiene la Iglesia en España. Estos colegios forman parte de los cerca de 2.500 centros católicos concertados que existen en nuestro país de diferentes congregaciones religiosas.
Todos ellos ofrecen una enseñanza de calidad y al mismo tiempo un sistema de valores y creencias que los padres eligen libremente para la educación de sus hijos. Casi 2 millones de alumnos estudian en centros con un ideario cristiano.
-¿Qué os aporta el colegio diocesano en tu día a día?
Lucía: El colegio me aporta felicidad y orgullo de decir que vengo de aquí.
Rubén: El Colegio Diocesano me ayuda a ser buena persona, a aprender… También me ayuda a tener valores como persona: a respetar a todos… Y, sobre todo, me lleva hacia las cosas buenas.
-¿Qué actividades desarrolláis que os llenan como personas?
Lucía: Me ha ayudado a desarrollar mis amistades, mis gustos personales… He aprendido algunos deportes que jamás pensé probar…
Rubén: Todas las materias que me han ido enseñando durante estos años, me han ayudado a desarrollarme como persona. Pero, especialmente en las actividades extraordinarias y algunas extraescolares que ha organizado el colegio. Por ejemplo: quedadas con otros colegios, la celebración del día del centro, la carrera solidaria…
-Hace años que estudiáis en este centro, ¿Cómo valoráis vuestra formación y a vuestros profesores? ¿Creéis que os servirá para el futuro?
Lucía: La formación es muy buena. Siempre lo hacen lo mejor que pueden y con una sonrisa. Todos los profesores que he tenido me han enseñado lo mejor posible, aunque tengamos nuestras diferencias
Rubén: Mi formación está siendo estupenda. Los profesores explican muy bien y te ayudan en todo lo posible. Claro que me servirá para el futuro, será un recuerdo muy bonito y aparte, esto me servirá para cuando trabaje.
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