“La humanidad ha avanzado gracias a la palabra”

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José Gil Marqués, psicólogo y sacerdote participó en la actividad Sabor y Saber de la mano de la Delegación Episcopal de Fe y Cultura, ofreciendo algunas claves sobre la comunicación, enfocadas a la familia y a la pareja.

«La humanidad ha avanzado gracias a la palabra», sentencia Gil Marqués, «cuando no nos comunicamos bien es un verdadero problema, porque no nos enriquecemos ni compartimos con los otros«. La palabra es para hacer feliz, para animar, «el insulto es como tirar basura a la cara de una persona y para eso no está hecha la palabra. La palabra se ha devaluado«.

El sacerdote ofreció a los asistentes un artículo precisamente con el título: «Palabras. Reflexiones sobre el lenguaje» en el que puede leerse: «Incluso los cristianos, hablamos de la palabra como algo divino. Porque creemos en un Dios que no es silencio, ni solamente habla, sino que es Palabra. Como Dios, no solamente ama, sino que es Amor. La Palabra el Amor son realidades constitutivas de nuestro Dios«.

A pesar de todos los avances, este es el siglo donde más se sufre la soledad «porque estamos juntos pero separados porque no nos comunicamos bien». Lo hacemos a través de los teléfonos, de internet, de las máquinas. «Así pierde mucho la comunicación, porque esta debe ser humana«.

José Gil Marqués analiza como la crisis ha llevado a muchos a la depresión «gente joven que se iba a casar, tenía su casa, su coche, de pronto pierden el trabajo, pierda casa, trabajo… y entonces tanta pérdida le lleva a la depresión«. O aquellos que llevaron un nivel de vida un poco más alto y han tenido que recortar drásticamente. Cuando llegan los problemas, lo habitual es buscar culpables. «Así la convivencia se enrarece«, aclara. En su experiencia en el Teléfono de la Esperanza también ha conocido crisis de pareja, «cuando no hay lo suficiente, empiezan las dificultades y las culpas«.

La familia, como dijo el Papa Francisco recientemente, además de escuela de perdón y amor, deber ser escuela de comunicación, de buena comunicación. «Sin comunicación no hay familia» Y explica que «hay padres que muerden con la boca cerrada, por la cara o la mirada que ponen, porque nunca dan un abrazo, nunca dicen las cosas buenas de los hijos«.

José Gil Marqués

Para comunicar hay que conocer algunas claves, por ejemplo, hacerlo en el momento oportuno, no ser impulsivos, hacerlo sin rabia, con cercanía y poniendo empatía. En la familia, la comunicación es básica.

La adolescencia es el punto de inflexión para la comunicación en la familia, es una etapa convulsa y difícil para el adolescente en la que se siente solo y los padres deben ser conscientes de ello. El psicólogo trata algunos jóvenes a los que conoce mejor que sus padres, porque estos no tienen tiempo. Reconoce que algunos van al psicólogo para ser escuchados. «Toda corrección debe venir desde el amor. El adolescente necesita ser escuchado. Aceptarle como es. Está en búsqueda de su identidad, es la época de autoestima más baja. No se identifica ni con niños ni con jóvenes ni adultos, se siente perdido. También es una época para poner límites claros

José Gil destaca la importancia de la hora de comer en las familias y acuña un término nuevo, comer al tacto. «Cuando he ido a ver a familias que están viendo la televisión les digo que les voy a enseñar a comer al tacto, porque ninguno mira la comida ni se miran entre sí. Hay que compartir la comida, la experiencia, los sentimientos, los problemas y alegrías que he tenido en el trabajo… Eso une mucho a la familia. Si cada uno está con su aparato no hay una corriente comunicativa en la familia. Ese dinamismo ayuda a crecer a las familias».

Somos seres que nos comunicamos, todo en nuestro organismo está hecho para la comunicación. La piel, los ojos, la palabra, el tacto… «Una de las cosas más bellas que se da en la pareja es la caricia o hacia los hijos. Se trata de una comunicación profunda«, matiza el psicólogo. La comunicación hace que la persona crezca. «Por ejemplo en la pareja, ver lo positivo y compartirlo. Eso hace que crezca y se complemente. Y que sean más felices el uno con el otro«.

Los seres humanos estamos repletos de cosas positivas, aunque a veces no las utilicemos. «Tenemos pocas cosas negativas que podemos superar y muchas más positivas«, culmina José Gil, por tanto, pongamos en marcha nuestras dotes comunicativas, empezando por nuestra pareja y nuestra familia. Utilicemos la palabra para avanzar en nuestra vida.

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