La Misa Crismal en el año del Jubileo de la Catedral

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Los sacerdotes de la Diócesis se reunieron a celebrar la Misa Crismal, en clave de Jubileo y como fondo, el Año del Laicado y del Asociacionismo cristiano.

El Sr. Obispo D. Francisco presidía la Eucaristía donde los sacerdotes tratamos de renovar nuestro compromiso de entrega, delante de grupos de religiosas de vida contemplativa y activa y de cristianos laicos comprometidos.

El Año del Jubileo, venía plasmado con el logotipo del mismo, en cada una de las casullas, que vestían los sacerdotes concelebrantes y que habían sido regaladas por las religiosas contemplativas de la Diócesis, aprovechando un momento de la Eucaristía para darles las gracias por este regalo; en esta enseña, se hace ver a un pueblo, que camina hacia la Catedral, en la que se nos muestra la presencia de Cristo, signo mismo del amor a los hombres, y sin duda, motivo de alegría para todos; por otra parte, este mismo templo, es Jesucristo, hacia el que tenemos que caminar todos.

El Sr. Obispo recordó en la homilía uno de los motivos de esta Eucaristía: la renovación de las promesas sacerdotales, saludaba a los sacerdotes, que año tras año, vienen a celebrar este acto. Hacía mención a tres pasiones, que debemos tener todos, poniendo por detrás a tres modelos a seguir: La Pasión por Cristo: En este apasionamiento, tomamos como modelo a San Pedro de Alcántara que nos enseña a construir y a caminar juntos hacia Cristo, es un testigo maravilloso, que pone su corazón en Cristo. Y ya Maritain nos decía, que no pongamos los ojos en nadie, en nadie más que en Cristo.

Según, pasión por la Iglesia: Nos sirve de enseña el que fuera el Obispo de nuestra Diócesis y el que hoy es el Beato Marcelo Spínola: que vive fundamentalmente la Iglesia que le ha tocado vivir; porque no se puede evangelizar lo que no se ama; solo se evangeliza lo que se ama.

Y por último, pasión por los pobres: D. Honorio, que fuera Canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Coria, es un testimonio para nosotros porque nos enseña a vivir el amor por los pobres. Y es que la situación, que hoy vivimos, los muchos necesitados, sin duda, en aquellos tiempos encontraban en D. Honorio un fuerte apoyo. él, dio en aquellos tiempos, mucha cancha a los laicos.

Con la bendición del óleo de los enfermos, nos invitó nuestro Prelado a que pidiéramos por los sacerdotes, religiosos y laicos enfermos. En la bendición del óleo de los catecúmenos, se nos invitó a que tuviéramos en cuenta a los que van a recibir el sacramento del Bautismo, y en la Consagración del Santo Crisma, era el momento oportuno para que rezáramos, especialmente, por los dos nuevos sacerdotes, que se van a ordenar en este año.

Al rezar el Padrenuestro, el Sr. Obispo aprovecha para pedir por las religiosas contemplativas, las de vida activa y por todos los laicos.

Terminábamos esta Eucaristía con un saludo muy especial del Sr. Obispo a todos los que han ido peregrinando hacia la Catedral para ganar las indulgencias.

Román Fernández Martín

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