7 mayo 2013
La Virgen de Argeme patrona de la diócesis recibida en Coria con plegarias

El pasado 2 de Mayo, día de la bajada a la catedral de la Virgen de Argeme, el Sr. Obispo, D. Francisco Cerro, explicó que Ella venía a su casa, a estar más cerca de los suyos. En su bienvenida, el Presidente de la Cofradía, le dirigió una oración de súplica a favor de tantas necesidades y problemas que nos aquejan, por lo que es normal, que esté más cerca de los que le queremos, para que podamos ir a contarle todas nuestras cuitas.
En un ambiente de alegría y de fiesta, llegó la Virgen de Argeme desde su ermita, acompañada del capellán de la misma y el Presidente de la Cofradía, de los distintos representantes de grupos cofrades, portando sus estandartes, devotos de a pie y otros, montados en sus caballos; todos ellos, formaban la comitiva, portadora de María, que era, a la vez, recibida en la Puerta del Carmen por el Sr. Obispo y Alcalde de Coria, quien le entregó el bastón como primera Dama de la ciudad.
La Virgen Santísima llegó a la Catedral entre aplausos y aclamaciones de sus devotos. En su acogida, Don Francisco José Martín, con una oración desgarrada, a favor de las personas, se dirigió a Ella con palabras suplicantes:
¡Acompáñanos en estos momentos difíciles de paro, por los que pasa nuestra sociedad!
¡Consuélanos de las penas y tristezas que tiene el corazón del hombre!
¡Ayúdanos a caminar por nuestro camino hacia Dios, que a veces, se nos hace tan difícil y del que nos apartamos a menudo!
¡Que Jesucristo, tu Hijo, sea nuestra enseña, para imitarle y seguirle!
¡Danos esperanza en un mundo tan desesperanzado en el que vivimos!
¡Ilumina a nuestros gobernantes para que sepan tomar las medidas necesarias y hacer frente a la realidad que padecemos!
Termina diciendo: ¡Gracias, por el Papa sencillo que nos has dado!.
D. Francisco Cerro, como obispo, se dirigió a la que es también Patrona de la sede episcopal, con estas sencillas expresiones bíblicas, que la Virgen expone en ciertos momentos de su vida y que tienen un significado muy profundo:
«Hágase en mi según tu voluntad»: Estemos dispuestos a saber y hacer qué es lo que Dios quiere de nosotros; «No tienen vino»: Es una súplica que María dirigió a su Hijo, sabiendo que le iba a escuchar, en favor de aquellos novios, de la misma manera, que nuestro obispo se dirige a Dios por todos aquellos que están pasando tantas necesidades para que él las remedie. Una tercera expresión bíblica en la boca de María: «Haced lo que él os diga»: Estemos dispuestos a hacer en la vida todo lo que Dios nos pida.
Que sepamos, al menos, acudir a María, con actitud de sencillez y de reconocimiento de nuestros errores y que escuche nuestras peticiones.
Román Fernández Martín
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