11 abril 2014
Los jóvenes de la diócesis decididos a anunciar el amor y la alegría del Evangelio. Encuentro Diocesano de Jóvenes

El pasado día 5 de abril las calles de Moraleja, hermosa villa del norte de Cáceres, se llenaron de vida. Desde primera hora de la mañana, más de trescientos jóvenes procedentes de los distintos arciprestazgos de nuestra diócesis llegaban dispuestos a disfrutar de una divertida jornada donde poder compartir con otros jóvenes su Fe. Tras un rico desayuno preparado con gran esmero por los vecinos de Moraleja, nos disponíamos ya a comenzar nuestro encuentro. Y para ello, comenzaríamos con los saludos, tanto de nuestro delegado, el Padre Fernando Alcázar, el Alcalde de la localidad, Pedro Caselles, nuestro obispo, D. Francisco Cerro así como un joven del pueblo en representación de los intereses y sensaciones de todos aquellos que habían preparado con gran dedicación durante meses este encuentro. Una vez realizadas las presentaciones, comenzaba ya la actividad principal del día: los talleres.
Cinco importantes organismos, instituciones y grupos que desarrollan su actividad en nuestra diócesis acudieron ese día a Moraleja para transmitirnos todos aquellos proyectos que desarrollan actualmente, actividades dedicadas principalmente a la entrega a los demás, de servicio permanente. Una vez presentados cada uno de estos cinco talleres, cada joven acudió a aquel que consideró. Por tanto, Moraleja se convirtió esa mañana en un punto de encuentro de importantes agrupaciones dedicadas al servicio y que aquella mañana nos mostraron con ilusión y entrega su actividad. Diferentes realidades que aquel día se presentaron ante cientos de jóvenes deseosos de poder unirse a ellas.
Tras este momento de aprendizaje, llegó el plato fuerte de la jornada: la Eucaristía. Juntos celebramos nuestra Fe, uniéndonos en oración, y sabiendo que a pesar de nuestras diferencias, compartíamos un núcleo común: el amor a Jesucristo.
Finalmente, para acabar este intenso día tuvimos la suerte de contar con la presencia de Nico Montero. Con sus canciones y su alegría, nos hizo saltar, cantar, bailar y reír sin parar. Pero sobre todo y ante todo, nos transmitió el Evangelio.
Acabábamos así una jornada única, llena de momento inolvidables, que sirvió para unir a todos los jóvenes de nuestra Diócesis, jóvenes decididos a anunciar el amor y la alegría del Evangelio.
Clara Arroyo
Quizás te pueda interesar
La Iglesia tiene que volver a ser un referente cultural
Toño Casado, quien se define como cura y artista. Conocido por sus musicales Via Crucis y 33,…
La fuente de la comunicación de la fe está en el Misterio Pascual
Don Leonardo Sánchez Acevedo, doctor en ciencias de la comunicación y director de pastoral de la Fundación…
Rosario por el Sínodo Universal
El Sínodo invitaba a una jornada de oración mundial el 31 de mayo «Con María hacia la…