“Para cumplir el mandato de Jesús hay que integrar el mensaje cristiano en los medios de comunicación”

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José María Gil Tamayo, secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal Española ha intervenido esta mañana de sábado en el VI Congreso Teológico Pastoral. Ha agradecido la invitación de la Diócesis de Coria-Cáceres, explicando que se siente en casa, en su tierra y ha bromeado con su reciente elección en la CEE. «Los obispos me han complicado la vida, pero estoy encantado. Yo pensaba que me iba a quedar de co-párroco en Badajoz pero los obispos se han empeñado en que el portavoz sea un sacerdote y no un obispo«.

Su conferencia ha versado sobre cómo comunicar el evangelio en el mundo de hoy.

«Esta es la tarea que tenemos de siempre los cristianos, -se refiere Gil Tamayo al hecho de evangelizar- que el Papa nos recuerda con la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, la oíreis mucho y la seguiréis oyendo durante la celebración del Sínodo. Estamos en misión permanente. La evangelización es la razón de ser de la Iglesia. Y la razón de ser de este congreso. Reactivar en nosotros esta idea de salir. No es una iglesia de hacer lo que hemos hecho siempre, de museo, sino de salir al encuentro con los hombres y mujeres de nuestra tierra. Esto es lo que se pide hoy«.

Para el secretario de los obispo, la síntesis del Pontificado del Papa Francisco se encuentra en Evangelii Gaudium. Fuera la autorreferencialidad. Valentía de la Iglesia para salir de sí misma, ir a las periferias, no sólo geográficas sino también las existenciales. La evangelización debe responder al mandato de Jesús, salid y haced discípulos. «Hoy, dice el Papa, todos estamos llamados a una nueva salida misionera, discerniréis cuál es el camino que Jesús os pide, hay que atreverse a salir, a las periferias que necesitan la luz del evangelio» apostilla Gil Tamayo.

En esta sociedad donde hay paro, desconfianza en los sistemas, en la actuación de los gobiernos… D. José María se pregunta: ¿cómo tengo que anunciar el evangelio? «Esta sociedad también está marcada por la comunicación. Todos llevamos un móvil, un ordenador. Estamos todos conectados, nos enteramos de las noticias del mundo al instante, nos encontramos con alguien y después nos mandamos mensajes de whatsapp. En este contexto, en este mundo, se nos exige la audacia de estar presentes en los nuevos areópagos donde anunciar a Jesucristo. Hacen falta nuevas formas, adaptarnos. En Evangelii Gaudium se nos pide cambiar los lenguajes en las homilías. La tarea de la evangelización supone que tenemos que cambiar el chip, porque estamos en la sociedad de la comunicación». Para el portavoz de los obispos españoles, «los cristianos no podemos ser una clase social pasiva en Cáceres, en la diócesis, dejarlo todo en manos de otros«.

Ha citado algunos fragmentos del Mensaje para la XLVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales del Papa Francisco, con motivo del patrón de los periodistas y comunicadores, San Francisco de Sales -24 de enero: «Lo repito a menudo: entre una Iglesia accidentada por salir a la calle y una Iglesia enferma de autoreferencialidad, prefiero sin duda la primera. Y las calles del mundo son el lugar donde la gente vive, donde es accesible efectiva y afectivamente. Entre estas calles también se encuentran las digitales, pobladas de humanidad, a menudo herida: hombres y mujeres que buscan una salvación o una esperanza. Gracias también a las redes, el mensaje cristiano puede viajar «hasta los confines de la tierra» -Hch. 1,8. Abrir las puertas de las iglesias significa abrirlas asimismo en el mundo digital, tanto para que la gente entre, en cualquier condición de vida en la que se encuentre, como para que el Evangelio pueda cruzar el umbral del templo y salir al encuentro de todos»

Por otro lado, ha realizado un análisis de la realidad de España en cuanto a los medios

«Los españoles ven más de cuatro horas de televisión al día. Y los mayores de 65 años mucho más. Cuando se puso la televisión por las mañanas, en España bajo el uso de los ambulatorios. 13 millones de españoles escuchan radio, 16% de población compra cosas a través de internet. Tenemos televisión en las habitaciones, en el móvil, cada uno ve un programa diferente. En las casas, parece una pensión, donde cada uno va a lo suyo. No podemos estar en un caparazón, se ha producido un cambio social. Es una sociedad secularizada donde Dios se aparta a un lado. Estamos en una sociedad plural, marcada por la comunicación social«.

El universo de los medios constituye el primer areópago del tiempo moderno, que está unifican a la humanidad convirtiéndola en una aldea global. Hoy todo se sabe. Los hogares son cada vez más una pequeña central de medios: la radio, la tele, el equipo de música, el ordenador, Internet, los teléfonos móviles…

«La gente ya no escribe, ya no hay cartas. Ahora, se manda email, whatsapp. Nada de lo que el hombre de hoy piensa, dice y hace es ajeno a los medios de comunicación. Los medios ejercen una influencia en lo que el hombre de hoy dice, hace y piensa y la iglesia no puede quedarse al margen – añade Gil Tamayo- La iglesia no sólo se sentiría culpable si se queda fuera, es que no estaría cumpliendo su función, pero a la vez comprende que para cumplir el mensaje de Jesús hay que estar en los medios, hay que integrar el mensaje cristiano en los medios de comunicación«.

Hay que pasar de una visión instrumental a una visión social. Según San Juan Pablo II, el trabajo en los medios de comunicación no es sólo para multiplicar el anuncio. Se trata de un hecho más profundo, «no basta usar los medios para difundir el mensaje, sino integrar el mensaje» explica. «No basta meter la encíclica del papa en los periódicos. Sino que hay que meter el evangelio en esos periódicos, en la gente que trabaja, hay que manifestar nuestras opiniones en la radio, tele, prensa, meter nuestro testimonio y no avergonzarnos. Existen nuevos modos de comunicar, nuevos lenguajes«.

«Un evangelio que no se hace cultura, no es evangelio. Nosotros tenemos esta tarea en el siglo XXI. Nueva evangelización, nuevo lenguaje, nuevo argot, lo esencial del evangelio de siempre, pero para la gente de hoy, los jóvenes. No podemos quedarnos con el Jesusito de mi vida, la formación de la primera comunión, tenemos que formarnos, empaparnos de esa experiencia de Dios«.

El papa Benedicto XVI dio un paso más. él habla de la cuestión antropológica.

Las cosas están cambiando. Antes había poca información, sociedad estática y no secularizada, tradiciones asumidas, autoridad e influencia de la iglesia no cuestionadas, y fe tradicional. Hoy, la sociedad continuamente en movimiento, secularismo, cultura de masas, propuesta de vida múltiples, lluvia de ideas, libertad de opinión y de acción. Estamos ante dos universos contrapuestos.

«No interesa la verdad, todo es relativo. El evangelio es una propuesta de verdad«. D. José María Gil Tamayo explica la situación del mundo de hoy, y las dificultades para transmitir el mensaje del evangelio:

– La pérdida de interioridad, cómo va a pararse a escuchar y hablar con Dios, no es capaz de estar dos minutos en silencio.

– Contacto superficial. Conocemos más gente que nunca, en Facebook y en twitter. La intimidad no se entiende ni se trabaja en profundizarla.

– La tercera dimensión de lo humano: la fe, un espacio para Dios en los medios.

En esta época secularizada, tenemos que estar en escenarios sociales, culturales… nosotros tenemos que proponer el evangelio salvador a los hombres ¿y cómo? «La iglesia tiene que autoevangelizarse en los medios. En todos los campos tenemos que ser más comunicativos en el anuncio, en la catequesis, en la caridad, en la liturgia, en el ambiente educativo cultural. Tenemos que preocuparnos todos de si lo que hacemos llevara la gente, no sólo tener una delegación de medios«.

«Cuando el Papa besa las manos a los supervivientes del holocausto judío está besando a la humanidad herida. Cuando besa a un enfermo, a un niño, no está haciendo teatro, está mostrando la prioridad del evangelio. No hace falta una encíclica, está utilizando un lenguaje nuevo«. Hay que cambiar de mentalidad, de oratoria. Saber leer y utilizar de manera adecuada los instrumentos de comunicación, es lo mínimo que se le pide a un buen catequista. En la acción misionera y social y caritativa, difundir cultura de la solidaridad, cuentas claras, los pares tienen que estar preparados para educar a sus hijos en la comunicación. El arte hace visible a Dios, la liturgia y la comunicación, para que la participación sea real. «Esto, acompañado por supuesto de un gran testimonio» puntualiza.

Al finalizar su ponencia ha ofrecido una serie de consejos prácticos para mejorar la comunicación:

– Delimitar objetivos, poco y prepara la comunicación. Informar, comunicar, cambiar comportamiento, que hagan algo…

Necesito claridad, argumental, empatía, verificar, no se puede aburrir a la gente.

– Pensar en el público. Adecuar los objetivos a las expectativas del público. Interés humano, anécdotas, ejemplos cercanos. Personalizar. Claridad, hablar de la gente de la calle, amas de casa… lo breve si bueno, dos veces bueno.

– Hay que sorprender. Ser breves. No hacer un discurso si basta una palabra, no decir una palabra si basta un gesto no hacer un gesto si basta el silencio.

– Crear emociones. Comunicar evangelio no es da una clase, es comunicar

– Ser sencillos no superficiales.

– Nuestra marca debe ser Jesucristo.

– El mejor modo de comunicar es el cariño

Y para cerrar su intervención y como conclusión, un párrofo del Papa Francisco en su Mensaje para la XLVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de este año.

«Que la imagen del buen samaritano que venda las heridas del hombre apaleado, vertiendo sobre ellas aceite y vino, nos sirva como guía. Que nuestra comunicación sea aceite perfumado para el dolor y vino bueno para la alegría. Que nuestra luminosidad no provenga de trucos o efectos especiales, sino de acercarnos, con amor y con ternura, a quien encontramos herido en el camino. No tengan miedo de hacerse ciudadanos del mundo digital. El interés y la presencia de la Iglesia en el mundo de la comunicación son importantes para dialogar con el hombre de hoy y llevarlo al encuentro con Cristo: una Iglesia que acompaña en el camino sabe ponerse en camino con todos. En este contexto, la revolución de los medios de comunicación y de la información constituye un desafío grande y apasionante que requiere energías renovadas y una imaginación nueva para transmitir a los demás la belleza de Dios«

Lorena Jorna.

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