19 abril 2021
Raíces: Guijo de Coria -II

Para la memoria histórica de la parroquia de Guijo de Coria, queda aún la figura eminente de María de Jesús, la célebre Sabia de Coria, como fue llamada en su tiempo y cuyo busto nos saluda, acogedor, a la entrada del pueblo. Bajo su imagen, se nos da la bienvenida en Castellano, Catalán, Gallego y Euskera. ¿Quién fue esta mujer a quien casi nunca faltan flores frescas en su monumento?
Nacida en El Guijo de Coria, recibe, en la Iglesia parroquial, los óleos y el Santo Crisma el día 27 de Marzo de 1.616. Ya había sido bautizada, con agua de necesidad, en su mismo alumbramiento.
Hacia los catorce años, entra a formar parte de la pequeña comunidad local de la tercera Orden franciscana, promovida por el párroco D. Pedro álvarez Estrada, de quien ya hemos hablado. Además de promotor, D. Pedro era el Director Espiritual de aquel grupo de fieles de su Parroquia. Sólo se mencionan mujeres, aunque no había limitación de sexo para pertenecer a ellas. Estas comunidades de laicos aparecen, sobre todo, en el entorno de conventos franciscanos. En el ámbito cercano a Guijo estaban los conventos de Coria, Gata, Hoyos y Acebo. Sus frailes visitaban con frecuencia estos grupos seglares.
Nacidos al calor del Pobre de Asís, Francisco, hacen la experiencia de vivir el Evangelio en la vida diaria, sin dejar familias ni tareas agrícolas. En el caso de El Guijo, la comunidad terciaria franciscana recibe también el influjo de Teresa de Jesús, quien, cincuenta años antes, había iniciado la reforma carmelita, volviendo con sus monjas a la radicalidad del Evangelio. D. Pedro era pariente lejano suyo.
Nuestra María cambia su nombre de pila: María Ruano, por María de Jesús, al entrar en la comunidad, queriendo significar a quién pertenecería desde entonces. Jesús de Nazaret, su Persona y su estilo de vivir serán sus referencias para el resto de su vida, sin abandonar el terruño y las labores agrícolas. De hecho, como labradora quiere ser conocida en Madrid, cuando se relaciona con los altos personajes de la Corte de Felipe IV.
Ella había iniciado un camino espiritual que no hará más que crecer, año tras año, en profundidad e identificación con Jesús, sobre todo en los aspectos de su Pasión, que la llevan a momentos increíbles en sus ejercicios y penitencias. Darle a las cosas el valor que tienen y ninguno más. Ser como Jesús. Conocida es la expresión suya:…¡Dulcísimo Jesús mío, o padecer con Vos o llevadme de este mundo.
Recibe una llamada interior para fundar una casa religiosa donde se viviese el más puro espíritu de Teresa de Jesús en la más estricta pobreza, no poseyendo cosa alguna en propiedad. Acompañada de su párroco y director espiritual, consulta en Salamanca a los mejores teólogos y en Madrid llega a ser recibida personalmente por el mismo rey Felipe IV. Nada cuaja porque el entonces Obispo de Coria Fray Pedro de Urbina no da su permiso, al aplicar la normativa canónica entonces existente para nuevas fundaciones.
Ella regresa entonces a su pueblo, donde es recibida con la mayor alegría por sus paisanos: Llevaban los padres de familia a sus inocentes hijos a la presencia de nuestra venerable, para que los curase y sanase: los afligidos la buscaban para conseguir consuelo y alivio y concurrían a su vista los necesitados porque esperaban el socorro; finalmente los parabienes que se daban los vecinos y las alegrías con que publicaban sus gozos decían de lo que anteriormente movía sus ánimos para estimarla…Más valéis vos sola que la corte toda, dijo cierta labradora de este lugar cuando nuestra venerable volvió de la Corte, y dijo bien…– Testimonio aportado por D. Miguel Iglesias en su obra: La Sabia de Coria. No cita la fuente
El viajero recorre el entorno del templo parroquial y, al llegar al ábside, encuentra una inscripción que le llama poderosamente la atención y que dice así: JHS-AñO 2OO1 Enfrente: CASA DONDE VIVIO Y MURIO MARIA RUANO GUTIéRREZ MARIA DE JESUS INSIGNE MUJER CRISTIANA NACIDA EN ESTE PUEBLO DE GUIJO DE CORIA *27-3-1616 26-12-1666.
En dicha casa, situada justo enfrente de la inscripción, por entonces más humilde, de barro y adobe, pasó María de Jesús los 15 últimos años de su vida encamada y aquejada de una enfermedad, al parecer, muy dolorosa, a través de la cual ella encuentra la ocasión de identificarse más y más con Jesús en su Pasión y Muerte. Fue para ella un auténtico kairós: un tiempo de calidad, un tiempo de gracia en el que Dios se manifestó y derramó regalos a raudales .Realmente toda la vida de esta mujer entrañable fue un auténtico kairós para el pueblo y para la Iglesia.
Esta casa se convierte también en el lugar de encuentro de una pequeña comunidad de discípulas, cuyos nombres se conservan: casadas unas, solteras o viudas otras. Inspiradas en su testimonio de vida, viven, en el estilo de la época, su opción por Jesús y su Evangelio, sin abandonar tareas domésticas o agrícolas porque, para quien ama, no son absolutamente necesarios los muros de un convento ni las rejas del locutorio.
María de Jesús convocará a sus compañeras, cuando es consciente de su tiempo final y les dice: Yo os he pedido que os juntéis para que lo último que he de hablar me oigáis, y me despida de vosotras, agradeciéndoos la caridad que habéis tenido conmigo. Llegose el tiempo de sacarme Dios de este valle de lágrimas…después de mi muerte encomendadme al Señor para que si es servido le goce. -Tomás Pizarro. María de Jesús del Guijo de Coria, pag.44-45 Les deja después un precioso Testamento Espiritual. Serena, esperanzada y preparada con los Sacramentos de los enfermos, que había solicitado, muere en la mañana del 26 de Diciembre de 1.666, día de San Esteban protomártir, cuando las campanas llamaban a Misa Mayor .Todavía, antes de morir y, al oír las campanas, dijo a los presentes: Pues yo os pido que os quedéis con Dios, y a mi me dejéis, que me voy con mi esposo- teníale en las manos crucificado, que ya no os hablaré más. –Tomas Pizarro, obra citada pág. 56
Intentos ha habido más de una vez de iniciar su Proceso de Canonización. Mientras se inicia o, aunque esto nunca ocurra, ahí quedó su testimonio de vida evangélica, de encuentro hondo con Dios en la vida ordinaria, de fraternidad cristiana y pacificación de los enfrentados, de acompañamiento en la fe de las personas, de cuidado y atención a los pobres. Pasó por aquí con su lámpara bien encendida. ¡¡Bendita sea!!.
Continuará. Paco Neila.
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