18 enero 2016
Semana de oración por la unidad de los cristianos: «Destinados a proclamar las grandezas del Señor»

Queridos hermanos y hermanas:
«Destinados a proclamar las grandezas del Señor» -cf. 1 Pedro 2, 9, es el lema de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que se celebrará, como es habitual, del 18 al 25 de enero. Este año la frase bíblica y los textos para la oración y la celebración ecuménica que se tendrá en esos días – nosotros lo haremos en la Concatedral de Santa María el domingo 24 a las 8 de la tarde – , han sido escogidos por cristianos de diferentes confesiones de Letonia, un país del Este de Europa en el que los cristianos fueron perseguidos durante la dominación soviética. Tanto católicos, como luteranos y ortodoxos, unidos en el sufrimiento, dieron testimonio común de su fe y proclamaron la grandeza de Dios que fortalece y alienta en las dificultades.
Nuestra Iglesia de Coria-Cáceres que peregrina en este Año Santo de la Misericordia por sendas de renovación a través del XIV Sínodo diocesano, sabe que tiene algo muy importante que aportar a esta causa de la unidad de los cristianos. El Concilio Vaticano II expresó con mucha fuerza que la conversión el corazón y la santidad de vida son el alma del movimiento ecuménico: «Recuerden todos los fieles, que tanto mejor promoverán y realizarán la unión de los cristianos, cuanto más se esfuercen en llevar una vida más pura, según el Evangelio. Porque cuanto más se unan en estrecha comunión con el Padre, con el Verbo y con el Espíritu, tanto más íntima y fácilmente podrán acrecentar la mutua hermandad» –Unitatisredintegratio 7.
Estamos en un proceso sinodal de renovación eclesial para ser más fieles a la misión evangelizadora que Jesús ha puesto en nuestras manos y en estos días queremos ser conscientes de ésta es nuestra aportación al camino de unidad. Mientras muchos hermanos nuestros experimentan en estos momentos la persecución y el martirio, mientras el «ecumenismo de la sangre», como lo llama el Papa Francisco, une a los que aún están divididos en diversas confesiones cristianas, a nosotros se nos pide poner todo nuestro empeño en renovar y fortalecer nuestra fe para transmitirla con nuevo entusiasmo y ardor a los que rodean y viven en la indiferencia y el desconocimiento del amor de Dios.
Este Año de la Misericordia, motivado por el 50 aniversario de la Clausura del Concilio Vaticano II, será sin duda un año clave para la unidad de los cristianos – uno de los objetivos esenciales del Concilio – , si vivimos intensamente esta Semana de Oración «proclamando las grandezas del Señor», unidos a nuestros hermanos cristianos de todo el mundo.
Con mi oración y mi deseo de paz y bien.
Francisco Cerro Chaves. Obispo de Coria-Cáceres
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