4 noviembre 2020
Somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo. Día de la Iglesia Diocesana

Revista Nuestra Iglesia. Diócesis de Coria-Cáceres Día de la Iglesia Diocesana. Noviembre de 2020
La celebración del Día de la Iglesia Diocesana el 8 de noviembre, trata fundamentalmente de animarnos a tomar conciencia de que «somos una gran familia». De ahí, el lema de este año: «Somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo», «cada uno de nosotros somos miembros de la Iglesia aportando nuestro tiempo, cualidades, oración y nuestro apoyo económico. Detrás de las parroquias, asociaciones, movimientos, grupos… hay cientos de personas que dedican su tiempo para hacer el bien a los demás.», sentencia el administrador diocesano de Coria-Cáceres. D. Diego Zambrano López.
Todos somos necesarios, en la última encíclica del Papa «Fratelli Tutti», el pontífice indica que «todos estamos en la misma barca, todos nos necesitamos. Todos hacemos Iglesia. Por eso en esta campaña se nos invita también a ser generosos con nuestras aportaciones económicas, y más en este momento de crisis sanitaria, para auxiliar a tantos hermanos nuestros necesitados», añade Zambrano, quien recuerda que debido a la emergencia sanitaria la diócesis de Coria-Cáceres ha creado un Fondo de Emergencia para atender las necesidades de las siete residencias de ancianos, de las parroquias que han visto mermados sus ingresos y también a través de Cáritas Diocesana, atender a personas y familias que se han quedado sin empleo y/o no disponen de ningún tipo de ingresos. Un fondo que se inició con la aportación de 50.000 euros del obispado y que ya alcanza los 95.564,11€.
«Esta es la labor -entre otras- que hacemos todos, atender a todas las personas que están llamando a nuestra puerta», culmina el administrador diocesano.
La labor de la Iglesia va más allá de un día, « #SomosIglesia24Siete, somos Iglesia 24 horas al día. Quiero aprovechar este día para agradecer a toda la diócesis de Coria-Cáceres, lo que hacen cada día en tantos campos donde trabaja la Iglesia: en misiones, con enfermos, mayores, pobres…»
Ginés Rubio, ecónomo de la Diócesis de Coria-Cáceres, ha presentado las cuentas de la Iglesia en la diócesis y ha analizado la situación económica durante el 2019, datos que se pueden consultar en el portal de transparencia de la web diocesana y en la Memoria de Actividades que presenta anualmente la Conferencia Episcopal Española y que es auditada. BALANCE ECONóMICO 2019-2018
La Diócesis de Coria-Cáceres ha contado en 2019 con unos ingresos de 5.750.647,13€, de los que más del 40 por ciento procede de las aportaciones de los files -40,37 por ciento y un 35,10 por ciento de la asignación tributaria. El resto de ingresos proceden de ingresos corrientes en un 14,47 por ciento, 6,25 por ciento de ingresos de patrimonio y otras actividades, 2,90 por ciento de necesidad de financiación -préstamos y un 0,91 por ciento de ingresos extraordinarios. «Es importante dar las gracias a los fieles de nuestra diócesis, a su aportación directa, principalmente a través de las colectas y las suscripciones en las parroquias», explica el Ecónomo. «En cuanto a la asignación tributaria, cabe recordar que es completamente voluntario y corresponde a fieles de la iglesia católica o personas que simpatizan con la iglesia y reconocen la labor que se está realizando y desean que parte de sus impuestos se destine a la iglesia católica», concluye.
En cuanto a los gastos, que se destinan a los fines propios de la Iglesia católica, nos encontramos con 5.750.647,13€, de los que un 28,30 por ciento es retribución del clero, un 26,14 por ciento conservación de edificios y gastos de funcionamiento, un 16,44 por ciento para acciones pastorales y asistenciales, un 15,53 por ciento de gastos extraordinarios y un 2,05 por ciento de aportación a centro de formación. «Tenemos 140 sacerdotes, que están a disposición de los fieles 24 horas 7 días a la semana. A los cuales hay que agradecer su entrega y disposición. Han demostrado en la pandemia que están acompañando en el sufrimiento y animando y llevando esperanza donde hace falta», explica D. Ginés Rubio.
Sobre la conservación del patrimonio ha querido hacer una mención especial, «muchos de nuestros inmuebles son templos históricos artísticos, declarados Bien de Interés Cultural -BIC, en los que hay que invertir grandes sumas económicas para su conservación y mantenimiento». Ha agradecido a las instituciones públicas que han colaborado con la diócesis y ha puesto como ejemplo la segunda fase de las obras de la catedral de Coria, con las aportaciones del Ministerio de Fomento, Junta de Extremadura, Ayuntamiento de Coria y Cabildo Catedral.
En cuanto a la necesidad de financiación, ese 2,90 por ciento de los ingresos, ha recordado que son 166.654,21€. Un déficit producido por las grandes intervenciones que se han realizado en el 2019 en cuanto a la conservación del patrimonio, con más de 30 intervenciones.
También D. Ginés Rubio ha destacado que en este 2020, se ha realizado una gran apuesta por el sostenimiento de las siete residencias de ancianos de la diócesis – agradecimiento la dedicación de los trabajadores y el esfuerzo de todos para conseguir una mínima incidencia del covid en las mismas-, por el mantenimiento del empleo sin acceder a los ERTE del gobierno y por cumplir con las facturas de proveedores. Todo ello a pesar de la disminución durante el confinamiento y la «nueva normalidad» de las colectas en las parroquias.
El ecónomo ha destacado el portal www.donoamiiglesia.es. Un portal que permite hacer llegar los donativos a cada una de las parroquias de la diócesis, que habitualmente recibía 300 euros mensuales y que es muy efectivo, sencillo y rápido para colaborar y que «se disparó con el confinamiento, llegando en mayo a 9.000€ y ahora está en torno a los 2.000 euros mensuales», explica Rubio.
El pasado año en la diócesis de Coria-Cáceres se celebraron 1.002 bautizos, 1.144 primeras comuniones, 788 confirmaciones y 262 matrimonios. Otros datos sobre la actividad pastoral del 2019: 137 sacerdotes en 160 parroquias, 1.256 catequistas, 219 religiosos, 87 de clausura, 90 misioneros, 11 seminaristas y 8 diáconos permanentes.
Por su parte, Sor Isabel María Rodríguez de las Hijas de la Caridad, ha puesto rostro a la labor de la Iglesia, y ha contado cómo respondieron desde el comedor social a la pandemia.
«Lo primero que nos planteamos fue cómo responder al reto que se nos planteaba: aliviar las necesidades básicas de todas las personas que acuden a nosotros y poner todos los medios a nuestro alcance. Desde la Provincia, recibimos los Protocolos a seguir para poder atender dignamente a los que a diario vienen a nuestro comedor que dispone de 20 plazas», explica Sor Isabel que recuerda como tuvieron que cerrar el comedor durante el confinamiento pero siguieron dando comidas: «Comenzamos dando bocadillos para almuerzo y cena, pensando que iba a ser una situación puntual, pero, como vimos que esto se alargaba, entendimos que los bocadillos no eran suficiente para tener una alimentación adecuada, por lo que cambiamos el proceso».
Entonces comenzaron a repartir comida elaborada y servida en dos tupperwares: un primer y un segundo plato para el almuerzo, además de pan, fruta, leche o zumos y, para la cena, bocadillos.
Sor Isabel forma parte de la comunidad de las Hijas de caridad junto a otras 18 hermanas, y afirma rotunda que no tienen miedo al virus, y que confían plenamente en Dios. Las Hermanas llevan el peso principal y preparan los «tupperwares». Algunas de muy avanzada edad, aunque ellas «dan vida a los años». «Son dignas de mención; ellas tampoco cuentan los años, ponen amor para servir, saben que es Dios quien espera en el servicio a los necesitados», añade emocionada.
Actualmente, sirven entre 80 y 90 comidas diarias, así como el mismo número de cenas. Desde el 1 de enero de este año hasta el 30 de septiembre, se han servido un total de 16.933 comidas y el mismo número de cenas. Durante todo el año 2019 se sirvieron 16.301 comidas con sus respectivas cenas. Por tanto, en los nueve primeros meses de este año ya se han ofrecido más comidas que durante todo el año anterior.
«La mayoría de las personas que acuden están solas, no cuentan con empleo ni ingresos, o tienen unos ingresos mínimos que pueden provenir de una Renta Básica o una Pensión no Contributiva. Sin embargo, durante el confinamiento ha aumentado el número de familias con niños», explica emocionada Sor Isabel, que agradece la colaboración a toda la ciudad, a Hermandades, particulares, empresas, Mercadona, Banco de Alimentos, cáritas parroquiales y Cáritas Diocesana, el fondo de excedentes europeo, la ONG Extremayuda y a las instituciones como la fundación Valhondo, La Caixa, la Diputación Provincial, el Ayuntamiento de Cáceres o la Junta de Extremadura. «Espero no olvidarme de nadie», añade.
El panorama actual es preocupante, prosigue la hermana, que analiza que «la persona que busca comida tiene hambre, pero también necesita una sonrisa, una mirada, una palabra. De ellos se aprende a dar importancia a lo que realmente la tiene, se aprende a relativizar, se aprende a compartir. Con ellos he aprendido a rezar, desde ellos he aprendido a olvidar las ofensas, he aprendido que se puede vivir con poco», sentencia Sor Isabel, que ha querido agradecer la labor de todas las religiosas Hijas de la Caridad que han sostenido el comedor a lo largo de los años.
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