Un seminario que siente pasión por el evangelio

«También designó a doce, a quienes constituyó apóstoles, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar» -Mc 3, 14

Un año más comienza la campaña vocacional del Día del Seminario, todas las comunidades parroquiales reflexionan sobre la importancia que posee el sacerdocio ministerial en la vida de la iglesia y piden a Dios obreros para su mies. Con motivo de dos relevantes acontecimientos en la Iglesia Universal, como son la creación del Dicasterio para la Nueva Evangelización y la celebración próxima del Sínodo para la Nueva Evangelización, se ha tomado el lema: «PASIóN POR EL EVANGELIO». No se refiere a una pasión por las cosas, como cuando vitoreamos «siento pasión por el futbol». Sino una pasión por una persona que encarna un mensaje liberador, Jesucristo, que suscita pasiones en los corazones que se encuentran con él, hasta tal punto, que algunos quieren vivir sólo para él. Estos son los jóvenes valientes que secundan la llamada a estar con Jesús y predicar, con palabras y obras, su mensaje. Una relación personal y viva que nos hace felices. Como atestigua la sorprendente noticia aparecida en la revista Forbes, especializada en el mundo de los negocios y finanzas, que publica anualmente la lista de personas más ricas del mundo. Pues bien, esta revista el pasado mes de noviembre divulgó un artículo con la lista de las profesiones más felices, en el que afirmaba que el sacerdocio es la profesión más feliz del mundo.

Es un reto para nuestra iglesia diocesana contagiar y suscitar en nuestros jóvenes esta pasión que nos hace felices. No lo decimos nosotros, lo dicen los hombres de mundo. Y lo mejor es que no partimos de cero. Contamos con jóvenes seminaristas que quieren llevar a cada rincón de nuestra diócesis este ánimo que tiene su origen y desarrollo en la pasión por el evangelio. Toda la comunidad del Seminario se desplazará a diferentes puntos de la geografía diocesana para comunicar este mensaje esperanzador, comenzando por Cáceres en Santo Domingo, con todos los jóvenes cofrades; posteriormente pasando por diferentes pueblos, en total 10, en los que un fin de semana convivirán con esas comunidades parroquiales y todos sus colectivos; siguiendo por las parroquias de Cáceres y los colegios San José, Santa Cecilia y Sagrado Corazón. Un itinerario que tiene como motor ese ardor endémico de la nueva evangelización.

Nos gustaría que llegara esta noticia a todos los fieles de la diócesis, o mejor dicho, a todas las familias, como subraya el Plan Pastoral Diocesano 2010-2015, «En Cristo no nos puede faltar la Esperanza», en su primer objetivo específico «La Familia Cristiana», que indica proliferar una buena educación cristiana de los niños y jóvenes, sin olvidar las referencias a la vocación sacerdotal y religiosa, como lo más grandioso que pueda ocurrir en una familia. Concretando una acción para alcanzar este objetivo, que compete a párrocos, delegaciones de Catequesis, de Misiones, de Pastoral Vocacional y de Infancia y Juventud, a saber, tratar de ayudar a las familias a hacer la propuesta vocacional a sus hijos, en todas sus dimensiones, e incluir la oferta vocacional en las catequesis de la parroquia. De ahí esta sensibilización que emprendemos desde el Seminario haciendo hincapié en esta necesidad de nuestra iglesia particular. Nuestro futuro como porción del Pueblo de Dios se juega en este partido. Os invitamos a rezar estos días tan señalados por las vocaciones e incitad a los jóvenes a responder a esta llamada específica del Señor, con una propuesta clara y directa, por lo que nos concierne para nuestra vivencia cristiana. Os adelantamos nuestro más sincero agradecimiento. Un saludo desde vuestra Familia del Seminario.