24 octubre 2022
Voluntariado ambiental de jóvenes con presos en la Granja de la Facultad de Veterinaria

La pastoral penitenciaria continúa con su labor con las personas en prisión y ha retomado un proyecto iniciado el año pasado en colaboración con la Faculta de Veterinaria, el Consejo de Estudiantes y el Servicio de Atención Religiosa Universitario (SAR) y el centro penitenciario con su equipo de tratamiento.
Las jornadas de voluntariado y cooperación para la reinserción de reclusos del centro penitenciario de Cáceres, permiten facilitar una salida terapéutica para los presos y las presas y encontrarse en un entorno de libertad vigilada para, poco a poco recuperar el contacto con el exterior.
Los beneficiarios son internos que participan en las actividades que se realizan en la prisión por la pastoral. «Esta actividad intenta restablecer en el/la penado/a una situación de vida que le proporcione valores que le ayuden a no delinquir, que favorezca la inserción social y el acompañamiento progresivo, para que cuando sean puestos en libertad, la asuman con naturalidad y confianza para restablecer una vida social normal», detalla Eliseo Ruano, delegado de Pastoral Penitenciaria.
La novedad es que la facultad de veterinaria y el consejo de estudiantes favorecen la participación de universitarios con el reconocimiento de 0,5 créditos si participan al menos en 3 sesiones. La primera experiencia ha sido interesante y enriquecedora tanto para los universitarios como para los internos del centro penitenciario, donde las tareas de cuidado, protecciones y riego de los árboles plantados, o los créditos obtenidos, pasan a un segundo plano, porque lo verdaderamente importante fue la convivencia entre todos que sirvió para superar barreras, estigmas y prejuicios por ambas partes.
Eliseo Ruano, delegado de pastoral penitenciaria, se muestra agradecido con el decano de la Facultad de Veterinaria, Enrique Pérez, por esta oportunidad que se les ofrece a las personas en prisión, también con las autoridades del Centro Penitenciario por posibilitar iniciativas que hace más humano el contexto carcelario.
La primera sesión tuvo lugar el 8 de octubre y en ella participaron el decano y diez jóvenes universitarios. Durante la mañana hubo presentaciones, reparto de tareas de cuidado, abonado y protecciones de árboles. Terminaron la mañana con un aperitivo en una de las naves con despedida de los universitarios. Por la tarde hubo comida con sobremesa, juegos, bailes y la jornada de convivencia terminó con la visita al refugio de San Jorge, donde los internos del centro penitenciario pudieron disfrutar del paseo con 8 galgos por el entorno de la universidad.
Regresarán los días 12 de noviembre y 3 de diciembre. «Estamos muy ilusionados con este proyecto y creemos que es muy útil para todos los que participan. Queremos seguir el próximo año con otras 4 sesiones en el segundo semestre», apostilla. Una ocasión para seguir sembrando esperanzas.
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